El arte de cocinar arroz con conejo se transmite de abuelas a nietos, conservando el sabor de lo auténtico y lo tradicional. En La Fallera nos enorgullece ser parte de este legado, ofreciendo el arroz perfecto que hace justicia a estas recetas heredadas: nuestro Arroz Redondo. Este plato, emblemático de la cocina española, combina la ternura del conejo con la textura única de nuestro arroz, creando una experiencia culinaria inolvidable.
Preparar arroz con conejo al estilo de la abuela es sumergirse en una tradición que habla de la importancia de los ingredientes de calidad. Desde el sofrito base, hasta el punto exacto de cocción del arroz, cada paso es crucial para alcanzar ese sabor casero y reconfortante. Prepárate para sumergirte en la elaboración de un arroz que te transportará a tu niñez. ¿Empezamos?
Antes de encender el fuego, es esencial tener todos los ingredientes preparados y a mano. Esto incluye el conejo ya troceado, el arroz medido, y las verduras picadas. Tener todo listo nos permite concentrarnos en el proceso de cocción, asegurando que cada paso se realice en el momento óptimo y con la atención que merece.
El aceite de oliva virgen extra (AOVE) será nuestro compañero en este viaje culinario, resaltando los sabores y aportando ese toque mediterráneo auténtico. La paellera, por su parte, es el escenario donde todos estos ingredientes se unirán para crear algo mágico.
Comenzamos calentando un buen chorro de AOVE en la paellera, a fuego medio-alto. Añadimos el conejo salpimentado, buscando sellar y dorar cada pieza uniformemente. Este proceso no solo mejora la textura del conejo, sino que también aporta una base de sabor intensa para el plato.
Una vez dorado el conejo a la perfección, lo retiramos y reservamos. Es importante no cocinarlo completamente en este paso, ya que volverá a la paellera más adelante para integrarse con el resto de los ingredientes y terminar de cocinarse en el caldo.
En la misma paellera, añadimos un poco más de AOVE y procedemos a sofreír el ajo, el pimiento verde, el pimiento rojo y la cebolla. Este sofrito es el corazón del plato, creando una base rica en sabores que se infundirán en el arroz y el conejo. La cocción lenta y cuidadosa es clave para desarrollar la dulzura natural de las verduras.
Cuando las verduras estén bien pochadas, suaves y aromáticas, sabremos que es el momento de proceder al siguiente paso. Este proceso puede llevar algunos minutos, pero la paciencia aquí es esencial para lograr ese sabor profundo y complejo característico de los mejores platos de arroz.
A continuación, añadimos el pimiento choricero, el pimentón y, seguidamente, el tomate triturado a la paellera, mezclando bien con el sofrito. El objetivo es evaporar el agua del tomate, concentrando su sabor y color. Este paso es crucial para aportar la acidez balanceada y el color rojizo tan característico del arroz con conejo.
Después, vertemos el vino blanco, dejándolo cocinar durante unos 2 minutos para que el alcohol se evapore completamente, dejando solo su esencia y sabor. El vino añade una capa adicional de complejidad al plato, enriqueciendo el perfil de sabores.
Es el momento de añadir el romero seco y la hoja de laurel a nuestra paellera. Estas hierbas no solo aromatizan el plato, sino que también aportan notas frescas y un ligero toque campestre. Integrar bien estos ingredientes con el sofrito asegura que su esencia se libere y se distribuya uniformemente.
El romero y el laurel son más que simples condimentos; son el alma de la receta, evocando los sabores tradicionales del campo español y transportándonos a un entorno rústico y acogedor con cada bocado.
Ahora, añadimos el arroz a la paellera, removiéndolo bien para que se impregne de todos los sabores del sofrito y las hierbas. Este paso, conocido como «nacarar», es fundamental para que el arroz adquiera una textura perfecta y se cocine de manera uniforme, absorbiendo cada matiz de sabor.
Durante estos 2 minutos, el arroz se tostará ligeramente, lo que es clave para desbloquear su potencial aromático y asegurar que cada grano sea un portador de sabor. La atención al detalle aquí marca la diferencia entre un arroz bueno y uno excepcional.
Con el arroz ya listo, reincorporamos el conejo a la paellera, distribuyéndolo de manera uniforme. Luego, añadimos el caldo, que debe estar caliente para no interrumpir el proceso de cocción. El caldo no solo hidrata el arroz, sino que también es el vehículo para que todos los componentes del plato se fusionen armoniosamente.
Es esencial rectificar de sal en este momento, ajustando el sazón a nuestro gusto. La cocción continua durante 16 minutos es el tiempo justo para que el arroz alcance su punto óptimo, absorbiendo los sabores del caldo, el conejo y el sofrito.
Tras la cocción, apagamos el fuego y dejamos que el arroz con conejo repose durante 5 minutos. Este breve descanso permite que los sabores se asienten y que el arroz termine de absorber cualquier líquido restante, alcanzando la textura ideal.
Finalmente, es momento de disfrutar de nuestro arroz con conejo, un plato que habla de tradición, de la importancia de los buenos ingredientes y del amor por la cocina. Emplatamos en raciones individuales un plato que no solo satisface el apetito, sino que también celebra la riqueza de la cocina española.
Preparar arroz con conejo receta de la abuela es más que seguir una lista de ingredientes; es revivir una tradición y compartir un pedazo de nuestra cultura. En La Fallera, estamos orgullosos de ofrecerte el arroz ideal para que este plato no solo sea delicioso, sino también un viaje al corazón de la cocina española.
Te animamos a probar esta receta, a experimentar con ella y, sobre todo, a compartirla con tus seres queridos. Porque cocinar es un acto de amor, y qué mejor manera de expresarlo que con un plato lleno de historia y sabor. Y si el conejo está entre tus ingredientes favoritos, no dejes de probar este arroz con conejo y caracoles y este otro arroz con conejo. ¡Esperamos que lo disfrutes!